La Energía y la Humanidad

En el comienzo era sólo el fuego.

De las fuentes de energía, la primera y más importante de las utilizadas por el hombre fue la leña.

El hombre primitivo no tenía grandes necesidades energéticas, inicialmente era recolector y carroñero, posteriormente cazador y en principio, comía lo que cazaba sin cocción. Con el paso del tiempo, descubrió las ventajas de cocinar su alimento, fue así que comenzó a utilizar la energía, y el primer tipo de energía utilizado fue la calorífica (el fuego).
De las fuentes de energía, la primera y más importante de las utilizadas por el hombre fue la leña, gracias a la abundancia de bosques que proliferaban por todas partes del mundo. Otras fuentes puntuales solamente se utilizaban allí donde eran accesibles, tales como filtraciones superficiales de petróleo, carbón o asfaltos.
Luego, los animales domésticos.


Posteriormente, comenzó a utilizar la energía provista por los animales domésticos (bueyes, caballos, burros, etc.). Utilizaba esta energía tanto para el transporte, a lomos de los animales o en los primitivos medios de transporte (trineos o carros). Tampoco hay que olvidarse del uso de la mano de obra provista por los esclavos, que obtenían de los pueblos sojuzgados.
Luego se aprendió a utilizar la energía proporcionada por los animales domésticos.



Después, los molinos de agua y de viento.


Antes de la revolución Industrial, las fuentes de energía utilizadas eran los molinos de agua y de viento.


Con el avance de las civilizaciones, fue necesario conseguir otras fuentes de energía para los trabajos cotidianos, como la molienda de granos, se comenzaron a utilizar los molinos de agua y de viento, de esta manera, las ciudades más importantes de la antigüedad se construyeron a la vera de las corrientes de agua, no sólo para el consumo, sino también para tener una fuente de energía. Esto era una limitación muy grande, no sólo en cuanto al rendimiento y la aleatoriedad de la provisión energética, sino también en cuanto a la practicidad, puesto que las cosechas del campo debían trasladarse a la ciudad para su molienda.
Recién con la llegada de la Revolución Industrial, comienza la utilización de sistemas más prácticos para la producción de grandes cantidades de alimentos u otros productos manufacturados. Sin embargo, la energía debía ser utilizada allí donde el recurso estaba disponible.


La máquina de vapor.



Durante el primer tercio del siglo XIX, aproximadamente hacia 1825-30, se pudo avanzar en la aplicación práctica de la máquina de vapor, que daría comienzo a la era contemporánea; se trataba de la primera herramienta que no utilizaba fuerzas o tracción de origen animal, y que comenzó a emplearse industrialmente.
A partir de la máquina de vapor se producirían cambios en la evolución tecnológica, económica y social, de niveles sorprendentes en comparación con toda la historia precedente.
En la edad media comenzó a utilizarse la leña para fabricar carbón vegetal con cuyas menas se obtenían metales, y que posteriormente vendría a ser sustituido por el carbón mineral en los principios de la revolución industrial.
La nueva sociedad que nació de la Revolución Industrial trajo también nuevas demandas de energía. Con la máquina de vapor aparecieron inventos revolucionarios que mejoraron los medios de transporte, como la locomotora que George Stephenson construyó en 1825.
Las primitivas máquinas de vapor permitieron prescindir de la tracción animal y las fuentes irregulares como el agua y el viento.




Nace la electricidad.



Los generadores y motores eléctricos, el transporte de energía y los oleoductos y gasoductos permiten el consumo de energía independiente de la ubicación de los recursos energéticos.

Junto con la invención y desarrollo de los motores de combustión interna y la utilización del gas para calefacción y alumbrado, se produjeron grandes avances en la generación práctica de energía eléctrica.
No fue sino hasta la invención de los generadores y motores eléctricos, que fue posible generar la energía donde los recursos para producirla estaban disponibles y transportarla de una manera segura, práctica y económica hasta el lugar en donde era necesaria.
En este sentido, también fue muy importante el desarrollo de los oleoductos y gasoductos, que permiten llevar el combustible desde el lugar en que éste se encuentra disponible hasta las áreas de consumo.


Comienza a utilizarse el petróleo.



La enorme demanda de carbón comenzó a declinar con la comercialización del petróleo y sus derivados. El número de compañías petrolíferas creció en proporción a los nuevos mercados que se crearon: transportes, energía, calefacción, etc. La búsqueda de yacimientos petrolíferos fue una constante ante las expectativas que se intuían. Oriente próximo se convirtió en una zona sensible, siendo Gran Bretaña la que estableció en Irán en 1941 el primer campo petrolífero.
La segunda guerra mundial generó grandes demandas de combustibles, siendo las empresas de Estados Unidos las que se expandieron con mayor éxito por todo el mundo; de hecho, en 1955 las dos terceras partes del petróleo del mercado mundial, salvo el bloque soviético y América del Norte, eran suministradas por cinco empresas de petróleo de Estados Unidos. A la vez, Oriente Próximo se convirtió en la mayor reserva de crudo del mundo.





Las crisis del petróleo.



Desde los años ’70, el petróleo ha venido aumentando continuamente su precio.


En 1973 la creciente demanda de energía del mundo desarrollado sufrió una acusada crisis. Los países árabes productores de petróleo embargaron el suministro de crudo a Estados Unidos, y recortaron su producción, generando alarma entre todos los implicados, productores y consumidores. Una segunda crisis del petróleo se daría de nuevo en 1978 cuando fue destronado el Sha de Persia; la producción de Irán cayó a niveles mínimos. En 1980 el crudo se había revalorizado 19 veces en comparación con 1970.
Desde 1973 el precio del crudo ha ido en constante aumento, ante esa situación, los mercados que hasta entonces se habían consolidado en el petróleo y gas, dieron nuevas expectativas al carbón que había quedado rezagado, convirtiéndose en la alternativa en costes para las industrias, muy especialmente las centrales eléctricas. De esta forma el carbón comenzó a recuperar el mercado perdido.


Panorama actual.



Hoy en día, los grandes sistemas interconectados permiten el transporte de la energía desde el punto de generación a los centros de consumo industriales y residenciales.
Existen diversos métodos de generación de energía a partir de combustibles como carbón y petróleo, pero también hay otros como las centrales nucleares, las hidráulicas, y también energías “renovables” como biodiesel, centrales eólicas, mareomotrices, solares y algunas otras menos conocidas o aún en experimentación.
Las máquinas térmicas y eléctricas para las transformaciones energéticas son mucho más eficientes que sus predecesoras.
También los elementos utilizados para el consumo de la energía han evolucionado, haciéndose más eficientes, como ejemplo, la vieja lámpara incandescente desarrollada por Edison, ya ha sido casi totalmente sustituida por lámparas más económicas, algo parecido ocurre con los motores eléctricos.
En un mundo con serios problemas ecológicos, existen muchas posibilidades de generación de energía, tradicional y sustentable. Los grandes sistemas permiten maniobrabilidad. Se   optimiza el consumo.










Previsión futura.



Actualmente, el desafío parece estar centrado en la mejora sostenida del rendimiento de las máquinas térmicas, que son las grandes generadoras de los gases que producen el “efecto invernadero”, la conversión paulatina del parque de generación térmico hacia el uso de energías de tipo renovable, y por sobre todo, el reemplazo de los vehículos con motor de combustión interna por otros que no dañen tanto el medio ambiente.
De todas formas, si bien esta es una acción imprescindible para el futuro de la humanidad, es mucho más importante detener la depredación de están siendo objeto los bosques de nuestro planeta, si esto no se hace, no servirá de nada todo el trabajo científico sobre la racionalización energética.